
Un equipo de la Universidad de Concordia (Estados Unidos), liderado por el Dr. Isaac Romkey, estudió la relación entre la música y el movimiento que genera en nuestro cuerpo.
Según los resultados, el placer de escuchar música y la urgencia de moverse no son iguales, así estén fuertemente correlacionadas. De hecho, independientemente de si te gusta, o no, la música que estás escuchando, tu cerebro intentará hacerte mover al ritmo.
¿Cómo se hizo el estudio?
El Dr. Romkey y su equipo tomaron 50 piezas de música para analizar su efecto sobre personas con ‘anhedonia musical’, es decir, incapaces de sentir placer con la música. Sin embargo, los sujetos de estudio si tenían respuestas normales frente a otras fuentes de placer, como el sexo o la comida.
Para tener puntos de comparación se usó también un grupo de control y se expuso a ambos a estas piezas musicales, con diferentes niveles de complejidad rítmica.
¿Qué encontraron?
Los autores esperaban encontrar que las personas con anhedonia sintieran menos placer, pero que se mantuviera la necesidad de moverse.
Sin embargo, el hallazgo fue otro: no hay mayor diferencia entre los dos grupos, pues en el caso de las personas con anhedonia se encontró que el placer viene del deseo de moverse.
El estudio concluyó que quienes no pueden sentir placer por la música de todas maneras sienten placer por las ganas de moverse y el baile. Es decir, que aunque la música no te produzca placer, tu cerebro igual te hará bailar.